El pasado 23 de abril se celebró en Quinto, como ya viene ocurriendo desde hace unos años, una pequeña feria medieval para conmemorar el día del patrón de Aragón.
En esta
edición, Qvintvs Teatrae interpretó un par de farsas medievales en el corazón
del mercado.
Ya
hacía tiempo que el grupo de teatro rondaba la idea de sacar a la calle unas
farsas medievales, pensando en el marco que ofrece la celebración del
mercadillo medieval. Pues, definitivamente, los miembros del Qvintvs le echaron
ánimo e hicieron hueco en sus agendas para preparar dos farsas medievales.
¿Qué
son unas farsas? Se trata de unas pequeñas piezas teatrales que se
representaban en la edad media, como entretenimiento popular, y, en ocasiones,
como intermedios de obras mayores. Las farsas son textos con muchos guiños
cómicos dónde, a menudo, se intenta enseñar alguna lección, además de hacer
burla de los estamentos de la época.
Como la
ocasión lo requería se pidió a Os Esganguillaos, los gaiteros todoterreno de
Quinto, que pusieran música al evento. Con que ellos también se pusieron manos
a la obra y prepararon unas piezas de música medieval, y algunas adaptaciones
del grupo para ambientar la plaza y animar a los asistentes.
Poco
antes de las once de la mañana se acercaban los cómicos con su comitiva sonora.
Al son de “La danza de la muerte” todos subían por la calle San Juan para
desplegar sus cachivaches por la plaza Vieja del pueblo. Entonces los músicos interpretaron
“El arrastrat de Benabarre” y comenzó el espectáculo.
Se
eligieron, pues, dos farsas anónimas francesas. La primera de ellas fue “La
tina de la colada”, en la que Luis Porroche hacía el papel de marido y Olga
Budría hacía el papel de su esposa. Por intervención de la suegra, encarnada
por Ascen Budría, se hacía escribir en un pergamino todas las tareas que el
marido había de hacer en la casa, aunque el destino haría que madre e hija se
arrepientan de las imposiciones a su marido.
Al
finalizar la primera farsa Os Esganguillaos interpretaron una adaptación propia
de “Hay triste que vengo” y, entonces, todos se tomaron un descanso par poder
disfrutar del ambiente del mercado.
A las
12 del mediodía los gaiteros volvían a hacer sonar “El arrastrat de Benabarrre”
que convocó al público frente a la iglesia de San Juan para ver la segunda
farsa. En esta ocasión, se hacía mofa de las enseñanzas en latín con el
argumento de que un joven prometido, papel de Jesús Porroche, era enseñado por
su maestro, bajo la interpretación de Rubén Tull, y olvidaba su lengua materna.
Los padres del estudiante, Jesús Morales y Vanessa Montuy, irían a recogerlo y
entre la suegra, Mari Carmen Bes, y la prometida, Reyes Budría, devolverían al
joven el habla española.
La
música de Os Esganguillaos ponía el cierre a la farsa con “Entretenimiento Medieval”
para concluir el espectáculo con música y danza. Así pues los miembros del
Qvintvs animaron a los asistentes a bailar “La danza del oso” ágilmente
interpretada por los gaiteros de Quinto. Niños y mayores hicieron corro en la
plaza y bailaron al son de esta melodía medieval del norte de Europa.
Fue un
mes lleno de esfuerzo e ilusión que concluyó en una mañana en la calle,
disfrutando del mercado medieval, de la música de Os Esganguillaos, de los
talentos del Qvintvs y, por supuesto, de todo el público asistente que acudió
al espectáculo o detuvo su actividad para prestar atención a los juglares.
Gracias a Os Esganguillaos y gracias por la acogida de esta nueva ocurrencia
del Qvintvs Teatrae.
(parte de las fotografías son obra de Manuel García)
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